Cómo es una relación sana de pareja… ¿la tienes?

No lo negaré, he estado en medio de relaciones poco beneficiosas para mi salud emocional, en las que en el fondo había dejado de sentirme bien, pero encontraba una excusa para seguir o “regresar”. Pero, ¿cómo sabemos cuándo nos estamos haciendo demasiado daño o cómo podemos remediarlo? La salida no necesariamente es una ruptura definitiva. Si ambos realmente se quieren, pueden trabajar para mejorar su dinámica.

Las claves para saber si tienes una relación sana de pareja

Conversamos con el Lic. Manuel Saravia, del Instituto Guestalt de Lima, sobre esos elementos básicos que te dirán si estás dentro de una relación de pareja equilibrada:

“Una relación sana es una relación donde existe mucho diálogo en la pareja, donde cada uno expone su punto de vista abierta y directamente, una relación sana es donde cada quien es como es, y no son dos medias personas que se juntan para convertirse en una sola persona, sino cada uno tiene su propia identidad, son dos personas que libremente se han elegido y que manejan una visión de futuro.”

Como ves, no es tan difícil de identificarla, solo hazte un par de preguntas: ¿puedes compartir tranquilamente con él lo que te molesta?, ¿sientes que tienes espacios solo para ti y él los respeta?, ¿tienen planes a futuro? Ahora bien, tampoco creas que todo va a ser un paraíso; nuestro psicólogo nos aclaró que:

“en toda convivencia humana, en toda relación de pareja, inevitablemente se van a dar discusiones, en una relación sana esas discusiones van a saber manejarse sin lastimar la autoestima, sin necesariamente llegar a herirse, sin maltratarse ni psicológicamente ni físicamente.”

Otro punto sumamente importante que demuestra que tienes una relación sana es que, además de los espacios propios, también sean capaces para disfrutar juntos, ya sea a solas o con amigos y familia. Si tu novio te dice que contigo no se divierte tanto cuando está con sus amigos o no le interesa estar con los tuyos, definitivamente no es sano, ni normal.

Y seguramente es aquí cuando empieza la parte un tanto complicada, porque cada uno tendrá que entender las necesidades de su pareja. En el caso de los chicos, por ejemplo, nuestra necesidad a ser escuchadas, y en el caso de nosotras, la necesidad que pueda tener él de reconocimiento (¡chicas, a su manera, ellos también hacen su esfuerzo, valórenlo!).

Cada uno tiene necesidades específicas: la de sentirnos protegidos, queridos, amados, respetados. Si no lo entendemos de esa manera o no le damos importancia será difícil que la relación pueda continuar o tener éxito.

¿Qué podría demostrar que no es una relación sana?

Si aún tienes dudas de si tu relación es sana o no, o tan solo están pasando por una crisis, algunos signos de alerta son las peleas constantes, el mal manejo de los conflictos, el hecho de que se demoren en reconciliarse. Tal vez al comienzo de la relación se reconciliaban al minuto, luego pasaban algunas horas, y después pueden llegar a pasar meses.

El lic. Manuel nos dice que:

“allí estamos hablando de una relación patológica, una relación donde no existe voluntad de cambio, de ninguna de las dos partes y se caracteriza por la rigidez, una relación donde ambos se manejan con el resentimiento, que hay un espíritu de venganza, de competencia negativa, mal sana“.

Entre conversaciones de amigas  y mi propia experiencia personal te diré algunas cosillas que pueden comenzar a alarmarte:

– Te llama para saber por qué has aceptado a tantos amigos en facebook.
– Te prohíbe que veas a ciertos amigos que no le caen bien.
– Te dice frases como «no sirves para nada», «ningún hombre te va a querer» o «eres poca cosa».
– Jamás te presenta a sus amigos y no quiere pasar tiempo con los tuyos.
– Cuando le dices cómo te sientes, no te presta atención o se ríe de ti.
– No te deja usar ciertas prendas de ropa o te critica para que no lo hagas.

¿Te identificas? ¡Cuidado!

Si no tienes una relación sana, ¿puedes conseguirla?

Pongámonos en el caso que tras leer lo anterior, has notado que tu relación no está siendo del todo sana (ojalá no hayas llegado a los extremos), pero tienes todas las ganas de cambiar las cosas. ¡Ojo! Si tu pareja no está de acuerdo contigo, es imposible lograrlo. Todo parte del hecho que ambos se den cuenta que están haciéndose daño y decidan no continuar por ese camino y al mismo tiempo, seguir con la relación.

Ahora bien, si ambos están totalmente de acuerdo sobre este punto, nuestro especialista nos dijo que todo se basa en un nuevo aprendizaje:

“Una persona puede aprender a comunicarse de una mejor manera, pueden aprender a manejar sus tiempos para poder disfrutar juntos en familia, programar citas, reuniones, propiciar un ambiente de diálogo y de buen entendimiento; pero para eso va a ser importante que cada uno de los miembros de la pareja aprendan a ponerse en el lugar del otro”.

Pero no te olvides, este camino deben recorrerlo juntos, de nada servirá que te destroces tú sola en el intento, porque lo único que conseguirás es sentirte más herida y perdida al final.

¿Cómo sales de una relación poco sana?

Aun cuando decidas seguir o terminar, lo mejor para acabar con esta dinámica poco saludable que puede dejarte rezagos negativos es aprender a perdonar y a asumir que el pasado es lo que es, no hay manera de cambiarlo pero también es posible dejarlo atrás.

Y no solo perdonar a tu pareja, sino a ti misma. Si quieres continuar tu actitud debe ser “abierta, flexible, de aprendizaje, de crecimiento, de valorar al otro, de retomar las cosas que en su momento funcionaron”, según nuestro experto.

Y nos dice que recordemos todas esas cositas que hacíamos al comienzo de la relación para que nuestra pareja fuera feliz, esos detalles que no faltaban en el día a día pero justamente son las que le dan a la relación un cariz único y especial. Lo más importante es que ambos deben “construir espacios de tiempo para que disfruten juntos como pareja, espacios amplios de diálogo, de comunicación, tiene que haber perdón y flexibilidad para que demos espacio al amor.”

Nadie dice que sea fácil, al contrario a veces tú y tu pareja se han acostumbrado tanto a tener una dinámica dañina que no encuentran cómo salir de eso. Sinceramente, si ves que nada da resultado es mejor separarse tal vez solo por un tiempo para que ambos tomen nuevos aires y limpien sus heridas.

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