Hay que admitirlo, muchos de nosotros no dejamos los estigmas. Cuando vemos a un hombre mayor que una chica, por ejemplo, inmediatamente pensamos que seguramente esa relación es por interés económico o por la seguridad que brinda una persona que ya tiene una vida hecha y derecha, en comparación con otra que tal vez recién esté empezando a vivir.
Y ni qué decir del caso contrario. Si vemos a una chica mayor con alguen menor que ella, elaboraremos otra sarta de prejuicios antes de creer de que una relación así también puede ser posible.
Y es que de acuerdo a las normas sociales en occidente, siempre se espera que el hombre sea el mayor en la relación. Hoy en día, esto se refuerza con los conceptos psicológicos de que el hombre tarda más en madurar psicológica y emocionalmente que la mujer. Pero no podemos meter a todos en el mismo saco.
Cada caso es distinto y por ello, cada pareja encontrará detalles y características que le harán encajar, a pesar de las críticas y la poca aceptación que reciban. Además, existen muchos hombres que encajan «supuestamente» con ese concepto de ser de más edad, y por ende maduro y que sabe lo que quiere, pero que termina no siendo así a la larga.
Y aunque, según algunos estudios, el hombre que elige una mujer mayor es porque busca la protección similar al de la madre con el hijo, y de que la mujer que elige a un hombre menor, busca inconscientemente llevar la batuta en la relación y absorberlo.
Lo cierto es que nada puede decirse al cien por ciento. Existen cada vez más parejas desiguales con un auténtico sentimiento de atracción mutua y de aceptación tal cual son. Eso sí, para todos y cada uno de estos casos rigen las mismas reglas: mucha comunicación y tolerancia.
Fuentes: Life&Style.
Imagen: RawLivingFoodSuccess.
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