Si tuviera que ponerle un color a la vida creo que sería gris. A pesar de que al inicio de nuestra relación la vida puede parecer rosa, la verdad es que con el tiempo todo va volviendo a la normalidad y si bien el panorama no siempre es negro, la convivencia en pareja no está exenta de problemas, los cuales provienen del choque normal de caracteres y otros factores que a veces escapan a nuestras manos, como los de tipo económico, laboral o de salud.
Dicen que así como hay épocas de «vacas gordas» -es decir, de éxitos y abundancia-, también hay épocas de «vacas flacas» en las sentimos que nada nos va bien. Y lo peor es que no sabemos cuándo va a terminar esa etapa. Claro que al conocernos mejor a nosotras mismas podemos saber qué reacción vamos a tener ante determinadas circunstancias, escapa de nuestras manos cómo actúan otras personas frente a las mismas situaciones, en este caso, nuestra pareja.
El hecho de pasar por una mala racha no solo afecta a quien la padece directamente, sino a quienes están a su alrededor, llegando a experimentar una situación conocida como transferencia, es decir, la transmisión de los sentimientos que pueden estar abrumando a la persona afectada en momentos tan difíciles.
El solo hecho de amar a nuestro enamorado/novio/esposo hace que deseemos ser su bastón de apoyo, sacando a relucir el instinto maternal que todas llevamos dentro en mayor o menor medida. Sin embargo, en ese afán por ayudarlo podemos cometer grandes errores que a la larga podrían saturarlo y afectar seriamente la estabilidad de la relación.
Desde mi punto de vista, creo que debemos ser muy cautas al momento de expresar nuestro afecto y no dejarnos vencer por nuestras propias preocupaciones, ya que aunque él quizá no quiera admitirlo se encuentra más sensible e irritable de lo normal durante un periodo de sequía económica/laboral y/o si afrontan un problema de salud.
Así las cosas, comparto con ustedes algunos tips personales que les pueden llegar a ser muy útiles en esta situación:
- No dejar que nos dominen nuestros nervios, pues la lengua se suele descontrolar y podemos llegar a decir cosas que en realidad nunca quisimos decir.
- No acompañar a todos lados a nuestra pareja ni inquirirle dónde está a cada instante. Un momento de relax en soledad o con sus amigos siempre resulta muy positivo para que recargue las «pilas» y afronte sus problemas de mejor humor.
- Escuchar lo que nos tiene que decir, pero no cargarnos con todas las dificultades. También nos conviene desestresarnos aparte para ver un mejor panorama y hacer mayor nuestro apoyo moral.
- Si pasamos por una mejor situación económica/laboral, no hagamos notar a propósito que es así. Si queremos ayudarlos con dinero, hagámosle sentir que él también está poniendo de su parte en un proyecto en común, de manera que se sienta útil y no tan comprometido.
- Quienes creemos en Dios, nunca dejemos de orar ni perdamos la fe. Para todos siempre hay.
Imágenes: Obrerofiel.com, Psicologo de Parejas.es.tl.
Etiquetas : Conquista, destacado, mala racha, pareja
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