Está más que comprobado, pasamos más horas en nuestro centro de labores que en cualquier otro lugar y el contacto frecuente con nuestros compañeros de trabajo puede devenir en relaciones aún más intensas. Pero, ¿qué hacer cuando estas están prohibidas?
Les voy a contar un caso que vi de cerca. Una pareja de amigos se conoció en el lugar donde ambos trabajaban: una agencia de viajes. Ambos estaban muy enamorados, es más, se hicieron amigos desde la primera vez que tuvieron que compartir la rutina de trabajo en el área de ventas. Así, almorzaban juntos, realizaban sus labores juntos, y luego del trabajo salían solos o con los demás compañeros de labores al cine o a comer algo.
Sin embargo, de acuerdo a la política de la empresa donde estaban, confraternizar íntimamente estaba prohibido, pero nadie se los advirtió, aún cuando su relación ya era vox pópuli. Una vez que anunciaron sus planes de boda, sus jefes los llamaron para rescindirles el contrato.
Casos como estos hay por miles, pero muchos opinan que no se puede luchar contra los sentimientos. Entonces la situación se reduce a dos caminos: o elegir seguir los caminos que nos dicta el corazón y proseguir con la relación o elegir seguir laborando en nuestra empresa y renunciar a nuestra relación.
¿Qué hacer?
Trabajar es importante para nosotros, sobre todo porque la oferta laboral no es abundante, de modo que no podríamos darnos el lujo de perder un empleo, sobre todo si es bueno. Pero por otro lado, ese amor que hemos hallado puede ser lo que hemos estado buscando. La decisión es difícil y la alternativa de llevar la relación a escondidas es riesgosa, pues en algún momento podemos ser atrapados con las manos en la masa.
Lo primero que debemos hacer es pues, sopesar lo que nos conviene verdaderamente. Examinar nuestra situación integralmente, afectiva, emocional y material. Ver nuestras necesidades y responsabilidades y elegir el camino correcto para nosotros.
Luego hay que conversarlo con la pareja. En casos como el de mis amigos, muchos empleados no están enterados debidamente de las políticas laborales de las empresas o por falta de comunicación o por descuido de ellos mismos a la hora de firmar contrato laboral. Sopesen los pros y contras de llevar una relación con este inconveniente.
Si realmente crees que vale la pena luchar por amor, entonces deben considerar la idea de que uno de ustedes deberá dejar la empresa y buscar nuevos horizontes. Para el que lo haga será un nuevo reto y nuevas oportunidades. Antes de renunciar es mejor tener ya algo concreto. Para tomar una decisión tan arriesgada como esta debes estar completamente segura de tus sentimientos y de los de la pareja.
En el caso de mis amigos, luego de conversar con sus jefes, fue ella quien renunció, mientras él conservó el empleo. Hoy en día, ambos están felizmente casados y esperan a su primer hijo.
Fuentes: George’s, BusinessKnowHow.
Imagen: Buzzle.com, Belelú, Ofialicante.
Etiquetas : amor en la oficina, consejos, pareja, politicas laborales
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