Los problemas sobrevienen cuando dejamos que esta rutina natural se convierta en apatía respecto de lo que el otro hace y vive. Esta actitud sí crea dolor, y causa el inicio de la falta de cariño y amor en una pareja.
Pero, ¿cómo se puede detectar cuando ya estamos siendo víctimas de la rutina apática? Simplemente basta con darse cuenta de pequeñas acciones que nos van cansando o de actitudes que hemos cambiado sin darnos cuenta. Una de ellas es que ya no tenemos interés en escucharnos, dejando de lado a nuestra pareja, y a sus ganas de compartirnos sus cosas y problemas.
Las chicas podemos darnos cuenta de ello cuando buscamos que nuestra pareja no se dé cuenta de que hemos llorado por nuestros problemas, pues no nos importa si se entera o no. Poco a poco nos damos cuenta que ya no nos parece atractivo, ni interesante y hasta nos fastidia pasar el tiempo con él.
En el caso de ellos, ya no nos ven como antes; no se fijan si hemos cambiado de look, si estamos luciendo una prenda nueva o si estamos listas para salir. En estos casos, la mejor forma de combatir estos cambios es hablando claramente con ellos, pues a menudo tampoco se dan cuenta de lo que ocurren y necesitan escucharlo de nosotras.
Asimismo, es importante que logremos mantener siempre una buena comunicación e interés el uno por el otro. Solo cuando hayamos logrado un equilibrio de atenciones y un compromiso de escucharnos sinceramente, podremos combatir con efectividad toda apatía hacia la relación.
Imagen: FormaciónPastoral.
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