Cuando hemos iniciado una relación de pareja, creemos que es tan perfecta que nunca vamos a discutir por nada; sin embargo, con el pasar de los días nos damos cuenta que no todo es color de rosa.
No debemos preocuparnos, pues las peleas son parte de la vida de pareja. Lo que sí tenemos que hacer es aprender a manejarlas a fin de que a consecuencia de ello, nuestra relación no se vea afectada por la ira del momento.
Lo importante para que ninguna de las partes salga herida en una pelea, es que tengan claro que se aman por encima de sus diferencias. Por ello, la primera regla para pelear es tomarse de las manos.
Si lo hacen, ambos sentirán que su amor es más grande que el problema que tienen en ese momento, y es más sencillo encontrar la solución. Esto especialmente importante para la mujer, quien sabe interpretar el lenguaje corporal.
Normalmente, cuando se discute o se pelea, nadie quiere dar su brazo a torcer. Esto ocasiona que ambos levanten la voz y quieran callar al otro, porque consideran que no se ajusta a la verdad.
Por eso, la segunda regla es usar la campana de tiempo; si se permiten exponer sus quejas cada uno al turno, podrán darse cuenta de qué es lo que los ha molestado o en qué se han equivocado, sin necesidad de levantar la voz y avivar la ira de la incomprensión.
Cuando discutan, hable uno hasta terminar y finalice con un talán (sonido de la campana), luego el otro hablará hasta concluir con un talán; hagan así hasta que ambos hayan aclarado las cosas. Es un acuerdo que deben hacer ambas partes; esto además les ayudará a no soltar palabras hirientes que dañen las bases de la relación.
El hombre y la mujer tienen psicologías diferentes por lo que reaccionan de diversas formas ante una misma situación. La mujer tiende a llorar ante una discusión, mientras que el hombre tiende al enojo, y este se enciende más cuando no entiende la razón del conflicto.
Por eso, la tercera regla es comprender las reacciones de tu pareja. Asimismo, se recomienda no tomar decisiones cuando se está molesto, porque después nos podemos arrepentir.
Como última regla está la huida saludable. Esta se debe hacer si sientes que la cosa no mejora y estás a punto de explotar; luego de un tiempo prudente, cuando todo esté en calma, búscalo y aclara las cosas en paz.
Imagen: SheKnows.
Visítanos en
Facebook
Twitter