Mudarse y empezar a vivir juntos es una buena idea para muchas parejas de hecho, sin embargo, su experiencia de pareja podría limitarse tan solo a unos pocos meses, si en esta unión uno de los dos está entregado a la pereza y al desorden, y el otro no. Este mismo problema lo padecen todas las parejas que inician su vida juntos, especialmente quienes han decidido casarse y después convivir.
Aunque pueda parecer demasiado exagerado, algunas parejas terminan por separarse cuando este problema no es superado. Pero como para todo hay solución, te presentamos algunas pautas que toda pareja debe seguir a fin de que puedan alcanzar la tan codiciada convivencia armónica.
El primer paso para empezar a enfrentar este problema es no regañar. Si lo haces, das la imagen de ser obsesivo y controlador, haciendo que el otro tome papel de víctima incomprendida. Pero si optas por calmarte y hacerle ver que se le olvidó lo que debía, es menos problemático.
Solo en caso sea necesario destacar la gravedad del asunto, se lo harás saber con la severidad que implica; es ideal que se sienten juntos y entre ambos saquen un cuadro calificativo para las cosas que deben hacer diariamente para convivir en paz y evitar las discusiones.
El hecho de que lo compartan todo, no quiere decir que uno se convierte en el sirviente del otro. Al contrario, cada uno debe responder como si se tratara de un extraño con el que debes compartir las responsabilidades, entre ellas mantener la habitación inmaculada.
Ambos deben hacer un trato, cumplir con su parte de actividades en la casa y apoyarse para mantenerla limpia. Esto quiere decir que tienen que evitar los comentarios negativos que vayan a reforzar la mala conducta de tu compañero y elogiarlo cuando haya cumplido con sus obligaciones. Con buenos incentivos en lugar de quejas y rezongones, es posible que vaya cambiando poco a poco de actitud.
Fuente: iVillage.
Imagen: ElÚltimoQueCierreLaPuerta.
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