Muchas mujeres deben lidiar cada día con compañeros de trabajo que sufren del síndrome de Casanova, nombre de aquel escritor italiano famoso en el siglo XVIII por sus más de 130 conquistas amorosas.
De aquí nace el término de denominar así a cuanto conquistador compulsivo-obsesivo aparezca en escena. Si bien no es una enfermedad, es una conducta que trae muchos problemas a quienes lo padecen, pero más a quienes lo rodean, de ahí la importancia de reconocerlos.
Los conquistadores compulsivos tienden a actuar por ideas obsesivas y no por razonamientos, es decir, no piensan, sino que simplemente actúan sin importar el daño que puedan causar a los demás.
Un ejemplo de ello lo puedes ver en las oficinas, cuando el seductor actúa con una compañera potencialmente manipulable, llevándole lo que le gusta hasta que consigue lo que quiere, luego el interés desaparece y su atención se vuelca hacia otra con las mismas características.
A esto se suma que las personas con este síndrome suelen tener mucho poder o ejercen algún tipo de poder y al seducir, reafirman ese poder a la vez que rebajan al otro a un simple objeto de seducción.
Si tuviste la mala suerte de cruzarte con uno, te habrás dado cuenta de que una vez logrado su objetivo, solo te busca para la intimidad furtiva cuando él quiere y donde él quiere, y cuando tú quieres ‘formalizar‘ se acabó la emoción y te abandona.
Este síndrome presenta grados de ansiedad, lo que puede agravar la conducta de quien lo padece. Generalmente, padecen de falta de afecto, lo que genera una búsqueda de respuesta a través de la conquista, situación que puede originarle una conducta adictiva por la seducción. A este grado, el seductor puede fingir muy bien sus emociones, haciéndole creer a la víctima que está enamorado sin estarlo.
Pero no solo los hombres tienden a padecer de este síndrome, sino también las mujeres, por lo que si vemos que hay ansiedad, y todo el tiempo está tras una y otra persona, sus relaciones de pareja son cortísimas o simplemente no le interesa formalizar, sino solo intimar, podrías estar al lado de un casanova.
Fuente: PubliBoda.
Imagen: TenerPareja.
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