¿Qué hacer cuando descubrimos que nuestra pareja tiene una doble personalidad y ha construido un mundo de apariencias a su alrededor? Entérate de todo al respecto en esta nota.
La mitomanía es un mal terrible, sobre todo si es nuestra pareja quien la sufre. Pero no tuve conciencia cierta de ello, hasta que mi amiga Elsa un día me llamó después de largo tiempo sin vernos. «Carla por favor, tenemos que conversar, te espero en el Café Café a las 8».
Cuando fui me contó unas cosas sobre su esposo que me dejaron con la boca abierta. Cuando ellos eran enamorados, salíamos en pareja. Lo conocí lo suficiente para decir que su pareja era una persona estupenda, con un buen trabajo, posición, y un carácter y temple que demostraba que era un tipo que sabía lo que quería. Con buena posición en la vida y una novia como mi amiga, parecía el tipo feliz que lo tenía todo.
Pero de pronto, cuando Elsa empezó a contarme cómo su pareja había, prácticamente, creado un clon suyo, al que presentaba como soltero, dueño de una cadena de hoteles, auto 4 x4 y que viajaba al extranjero, y que hasta casi se casa, pero que lo dejaron, me quedé helada. No lo podía creer. ¿Y cómo había sucedido esto?
La necesidad de ser quien no se es
La mitomanía es el impulso que tiene una persona, de naturaleza imparable, de mentir. Aunque todos mentimos en algún momento de nuestras vidas (para llamar la atención en niños, mentiras piadosas, etc.) mentir compulsivamente y fabular historias, ya es un problema que, definitivamente puede afectar a todos quien rodean a la persona.
Según el psicólogo David Dávila Ordóñez, el mitómano miente para conseguir mejor aceptación de quienes le rodean, o para logran un objetivo determinado, por lo que fabrican una mentira, de la que saldrán otras muchas mentiras, formando un efecto bola de nieve. Y este hábito se hará tan cotidiano, que el mitómano acabará por creérselas y fabricar más mentiras para sustentar las anteriores.
La mitomanía también puede poner de relieve la baja autoestima de una persona: se miente para ser quien no se es, o quien se quisiera ser. Y las redes sociales y la internet son el caldo de cultivo perfecto. Por ejemplo, un hombre insatisfecho consigo mismo y con sus logros personales buscará aparentar lo que no es para conocer y atraer a otras personas, que es lo que le sucedía al esposo de Elsa. Aparentemente lo tenía todo, pero un trastorno en su personalidad hizo que tuviera que mentir ante otras personas, inventarse una vida que no tiene para hacerse a sí mismo más aceptable.
Esta condición es un trastorno psicológico, cuando mentir se vuelve un hábito constante y cuando estas mentiras pasan a ser verdades en la mente de quien las genera.
Mitomanía e Internet
La mitomanía no es una dolencia de tiempos modernos. A pesar de expandirse con fuerza por la Internet y las herramientas de la tecnología del mundo de hoy, a lo largo de los tiempos se ha manifestado en los seres humanos, y la historia y la literatura lo han retratado fielmente.
Pongo como ejemplo la impecable novela corta El Lazarillo de Tormes, en el capítulo en que Lázaro, el protagonista, conoce a un caballero de aparente alcurnia y buena fortuna, un escudero bien vestido y de buen porte. Pero cuando se decide servirle y vivir con él, comprueba la realidad: vive en una casa sin muebles, con tan solo una cama de troncos, y la ropa que llevaba puesta se usaba como única almohada.
Pero, volviendo a nuestros tiempos, la Internet se ha convertido en el arma perfecta de quienes tienen trastornos de personalidad y a quienes les cuesta aceptarse a sí mismos. Las condiciones especiales en que se rigen las comunicaciones online, permiten que, amparados por la distancia y el anonimato, el mitómano ingrese literalmente a una sala de disfraces en donde puede convertirse en lo que sea.
Por ejemplo, el marido de Elsa utilizó Facebook, el MSN y hasta el Hi5 para presentarse como una persona totalmente distinta a la que era. Se convirtió en empresario, cuando solo era un empleado, y de pronto tenía dinero, propiedades, auto y todo lo que uno pretende querer tener en la vida.
Mentir puede ser también un arma terrible de destrucción cuando personas de mal vivir, delincuentes y secuestradores utilizan estas herramientas para presentarse como otras personas, aparentemente buenas, y delinquen, roban, cometen crímenes sexuales, entre otras cosas, mientras en sus casas, vuelven a ser los mismos de siempre. La mitomanía, definitivamente, oculta trastornos importantes de la psique que deben ser tratados de inmediato.
¿Qué hacer si mi novio es mitómano?
La mitomanía es un trastorno curable, pero cuyo tratamiento es de largo aliento. Según nuestro psicólogo experto de la semana, dicho tratamiento requiere del apoyo de los familiares cercanos y amigos de quien lo padece. Y de hecho, de la pareja, quien jugará un rol fundamental en este aspecto.
En el caso de mi amiga, ella tuvo que pensarlo mucho, pues el impacto de haber descubierto que durante años su pareja se dedicó a flirtear con otras mujeres inventando historias sobre sí mismo. Usó, principalmente, las redes sociales, la Internet, una vía de comunicación que se presta perfectamente para mentir sin reparos y expulsar todas sus frustraciones con personas que, dada la distancia, no podían verlo ni comprobar que lo dicho es cierto.
Ella, finalmente, a nombre del amor que sentía por él, convenció a su pareja para asistir juntos a terapia psicológica: él para superar su trastorno, y ella para ayudarlo, y a la vez, recuperar la confianza en su pareja. El camino no sería fácil, pero la solución estaba al final del túnel.
Aquí te paso algunos consejos para lidiar con una pareja con este problema:
- Haz que reconozca su problema: literalmente, acorrálalo en sus mentiras hasta que termine aceptando que las fabrica y que hay un problema, convéncele de que un tratamiento puede ser la solución y que tú lo tomarás junto a él.
- No le sigas la corriente: si notas que, por ejemplo, ante ti u otras personas está inventando historias sobre sí mismo o los demás, haz que la historia que cuente vuelva al cauce de la verdad. Si lo apañas, refrendarás su trastorno.
- Ve tú también al psicólogo: tu confianza en la pareja, tu paciencia y hasta tus sentimientos, estarán a prueba, y necesitarás asesoría para controlar la situación y ser el apoyo que tu pareja necesita. Recuerda, tu pareja tiene un problema de personalidad y hay que ayudarlo.
- Busca que refuerce su autoestima: celebra sus logros, hazle sentirse orgulloso de sí mismo, atractivo, querido por todos, así tendrá menos necesidad de mentir e inventar historias.
Recuerda que este problema no se solucionará sin ayuda profesional, sus efectos son devastadores si no se trata correctamente y afectará a todos los que le rodean, como en el caso de mi amiga Elsa. Lleva a tu pareja a terapia, y verás que con un tratamiento que refuerce su ser interior, superará esta condición
Finalmente, y como acostumbro, cierro mi nota con un video instructivo sobre la naturaleza de esta patología y cómo afrontarla:
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