Toda relación de pareja implica que ambas partes compartan su afecto, sus sueños, sus metas, vivencias, amigos y familia, de ahí que esta se hace fuerte con el tiempo.
Sin embargo, ocurre algunas veces que no hay ese sentimiento de compartir por una de las partes, sino la intención de absorber al otro, a tal punto de pasar a ser el centro de su vida y admiración.
Es en estos casos cuando de golpe nos damos cuenta de que estamos en una relación que no es ni sana ni buena para nosotros, que hemos caído en una relación narcicista.
En este punto descubrimos que a la persona que admiramos y amamos no le interesamos como ellos a nosotros sí, y saberlo así es muy doloroso; más aún cuando en todo el tiempo de relación que llevamos nos dijeron que no nos convenía seguir con esta persona y no quisimos oír.
Todos los narcisistas creen que están dotados de un aura que los hace especiales, diferentes y superiores al resto de la gente; por naturaleza son soberbios y aunque no lo digan abiertamente, consideran a su pareja y amigos inferiores a ellos, indignos o sin valor frente a ellos.
Esto se puede notar en el trato hacia los demás y en la forma como reaccionan frente a las críticas de los otros, pues todas las toman a mal, como si los otros envidiaran su posición.
Pero lo más grave en una relación con un narcisista es la baja autoestima de sus parejas, pues para amar a alguien así hay que estar dispuesto a formar parte de su grupo de admiradores y resignarse a no recibir su afecto, pues es incapaz de pensar en otro que no sea él.
Es más, solo las buscarán si necesitan algo de ellas. Una relación así solo las anula como personas y como mujeres, por lo que nada bueno pueden esperar.
Fuente: Publiboda.
Imagen: Mega101.
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