Cuando hemos sido víctimas de la infidelidad de nuestras parejas, sobre todo en el matrimonio, muchas veces nos dejamos vencer por los sentimientos de frustración, ira, desaliento y venganza.
Para un importante número de mujeres, la solución más segura para evitar una ruptura es perdonar a la pareja y hacerse de la vista gorda con tal de no darle al marido la oportunidad de que abandone el nido. No son la mayoría pero existen; no obstante, hay otro grupo que va en aumento que prefiere pagar con la misma moneda a sus parejas.
La venganza de la mujer, vale decirlo, no solo se da en el caso de la infidelidad del hombre, suele darse también como modo de respuesta ante los maltratos que sufren en el hogar que pueden ser físicos, verbales o por falta de afecto, es decir, que la pareja ha dejado que se enfríe la situación y ya no tienen intimidad o esta es insatisfactoria para ella.
Se puede decir entonces que las principales razones que originan la infidelidad femenina son el deseo de venganza, la insatisfacción sexual, la necesidad de sentirse deseada o atractiva y, en poca proporción, cuando busca razones para separarse.
Pese a todas estas razones, la principal consecuencia de vengarse de sus parejas es el no saber escoger al amante adecuado, justamente porque se actúa a la prisa y con la cabeza nublada por la ira.
Esto hace que muchas veces las mujeres terminen por lastimarse a sí mismas, pues al pasar el tiempo y las ganas de venganza, no solo no se sienten satisfechas con la situación en la que se encuentran, sino que empiezan a sentir asco de sí mismas, ya que siguen amando a sus esposos o novios.
Algunas, para evitar la culpa o aceptar que se equivocaron, prefieren disimular los defectos del amante para que parezca el hombre ideal y así contar siempre con motivos para vengarse de la apatía de su esposo o de su falta de pasión.
Fuente: DiarioFemenino.
Imagen: PsicologosPerú.
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