Cuando surge la separación en una pareja lo más importante es evitar que el desamor pueda afectar de alguna manera a los hijos. Es evidente que de cualquier modo, los niños sentirán cambios en la rutina diaria, puesto que el hogar sufre una variación irreversible como consecuencia de la separación del matrimonio.
Pero precisamente por este motivo, es esencial mantener el diálogo, el respeto y el cariño en el núcleo familiar, más allá del resentimiento que también puede surgir como consecuencia del desamor.
Cada persona vive una ruptura de una forma diferente. Por ejemplo, aquel que se ha sentido abandonado tarda más tiempo en superar la historia, que aquel que ha decidido poner punto y final a su historia por iniciativa propia.
Sin embargo, lo que nunca se debe hacer es tomar a los hijos como una moneda de cambio. Por ejemplo, la madre debe de evitar críticar a su ex pareja en presencia de sus hijos, al igual que él debe de ser prudente y no debe decir ningún comentario negativo sobre ella.
Con el paso del tiempo, el dolor se va superando, por lo que tal vez el amor pueda transformarse en amistad. Sin duda, merece la pena intentarlo, porque un hijo es un nexo de unión que vincula de forma permanente a dos personas que se han querido mucho más allá de su ruptura.
Superar un desamor no es fácil, pero está claro que merece la pena disfrutar el presente y valorar la vida como una gran oportunidad en relación con la felicidad. En un divorcio, los hijos pueden ser el mejor apoyo emocional para salir adelante, ya que los más pequeños de la casa son una fuente de amor y de cariño constante.
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Imagen: TextosYMomentos
Tags Blogalaxia: Conquista, Seducción, Pareja, Amor, Divorcio.
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